Pensar en todo

A un toque

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A 18.369 kilómetros de Buenos Aires, un hombre elige jugadores, traza flechas en el pizarrón y define planteos. Su cerebro tiene actividad constante. Los pensamientos aceleran y cambian de frente con cada decisión. Marcelo Gallardo prepara la final del Mundial de Clubes contra Barcelona. Lo disfruta, tal como les pidió a sus jugadores, pero busca la fórmula efectiva en el diseño del equipo y sus movimientos. La kryptonita que demuela al súper héroe de la industria del fútbol. Y le dé al final soñado a la película de River en Tokio.

Hace seis años, a 13.697 kilómetros de Buenos Aires, otro hombre también hizo acelerar sus neuronas. En un hotel lujos de Abu Dhabi, Alejandro Sabella -el DT que le dio pista a Gallardo en la Reserva de River con 15 años- pensó cómo frenar el motor de su rival de turno. Fue por la definición del Mundial de Clubes. Y del otro lado, como en el caso de los millonarios, estuvo Barcelona. La primera versión de Pep Guardiola en el equipo blaugrana. Aquella que venía de ganar la Liga española, la Copa del Rey, la Champions League, las supercopas de España y Europa. Nada más. Nada menos.

En el libro Sabella, la historia del hombre que sueña con dar la vuelta en el Maracaná, el entrenador reveló de qué manera buscó que Estudiantes desactivara las piezas del Barça. «Antes de cada encuentro, yo preparo un montón de material que me permite ir descubriendo a qué tipo de rival vamos a enfrentar. Entre todo eso, más la visualización de los partidos, llega un momento clave en el que siento que lograr encontrar la manera de jugar, el ‘modo’, entendiendo que esa forma va a ser la más conveniente y la que nos puede llevar al triunfo», le contó al periodista Román Iutch.

Ahora bien, ¿encontró Sabella la manera de enfrentar a Barcelona? «¡Cuando me puse a pensar el partido, no había caso! ¡Siempre me sobraba un jugador de ellos! ¡En cada movimiento, en cualquier variable, ellos tenían un jugador más», admitió el ex técnico de Estudiantes en las páginas del libro.

El planteo de cinco defensores (Clemente Rodríguez, Cellay, Desábato , Germán Ré y Juan Manuel Díaz); cuatro volantes (Braña, Verón, Enzo Pérez y Chino Benítez); y un delantero (Boselli, autor del gol Pincha) llevó a Estudiantes a sólo 120 segundos de quedarse con el título. Los goles de Pedro, sobre el cierre del partido, y de Messi, en el tiempo suplementario, extinguieron la fantasía de Estudiantes. No hubo foto de campeón en el Mundial de Clubes, aunque sí buenas sensaciones pese a la derrota.

Dijo Sabella, tiempo después, al recordar aquella definición contra el Barça. «Jamás me sentí frustrado por aquel partido. Fue tan grande lo que hizo Estudiantes que no hay lugar para el más mínimo reproche. Jugamos contra un gran equipo, nos ganaron en el suplementario con un gol del mejor jugador del mundo y casi lo empatamos en el final. Si tuviéramos algún reparo por algo específico del partido, eso nos podría doler, pero no hay nada de eso. Todos estábamos con la conciencia tranquila».

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