DEL TRIUNFO, LA ESPERANZA Y SUS PEQUEÑOS MILAGROS

Al fondo de la red

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Por Geoff Hernández (@geoffhernandez)

1- Las campanas sonaron finalmente a favor de Messi, Scaloni y compañía. La Argentina consiguió un triunfo cuyo trasfondo podría construir una nueva Copa América. En estos torneos cortos, la derrota te sentencia a la duda y el temor. Y una victoria indicada te exalta como una transfusión de esperanza en las venas de un equipo que aún sigue lejos de ser brillante.

2- La MMA resultará innegociable desde este momento en el ciclo de Scaloni: Messi-Martínez-Agüero. Cualquier otro movimiento sería irracional, y castigado por el rival. Los tres delanteros se entienden. Ocupan su función con la pelota y ejercen de liberadores cuando no lo tienen. Agüero entrando por fuera; Lautaro fijando centrales y provocando errores en salida con su presión; y Messi un paso más atrás vigilando cada detalle de las transiciones ofensivas de la albiceleste.

3- De Qatar debo decir que me sentí decepcionado. Félix Sánchez jugó al Jan Ken Pon con el destino. Le cedió la iniciativa a una Argentina que venía de pasarla horrible cuando la pelota no la tenía en los pies. Puso a Boudifaf en zona de mediapunta por la suspensión de Assim Madibo, el sostén que le daba forma a la presión del equipo. Su ausencia fue determinante.

4- Qatar inició nervioso, como si de repente el escenario se lo comiese y se hubiese olvidado del trabajo de tantos años. Sin reacciones fluidas al entrar y salir cuando tenía la posesión, y sin movimientos sincronizados que complicaban mucho más el poder superar la presión anárquica, pero presión al fin que ejercía la Argentina.

5- Con su gol, Lautaro Martínez acabó cualquier plan iracundo de Qatar. Reincidimos en esto porque será vital en el futuro próximo. Su posición en medio de dos centrales bien abiertos será importante a partir de ahora. Porque le rompe la opción de salir jugando en horizontal, y los obliga a revolear y activarse las segundas jugadas. Esto no lo hizo Bassam Al-Rawi, que con un arranque de soberbia no quiso jugar en vertical, sino envió un balonazo cruzado. Estaba Lautaro y el resto es historia.

El gol de Lautaro Martínez liberó a la Selección y puso fin a cualquier plan de Qatar. Foto vía Zimbio.

6- A través de los minutos posteriores al gol se vio una Argentina confiada, como no se había observado en la Copa. La desnaturalización a la que apeló el DT de Qatar, empuñando cinco defensas, le facilitó a la zona media albiceleste las funciones de completar posesiones largas, aunque no se convirtiesen en oportunidades reales de peligro.

7- Porque a veces, es necesario dialogar con el balón para recuperar la confianza. Leandro Paredes, amo y señor de la zona media, fue la gran noticia del día. Sus decisiones fueron acertadas, los circuitos defensivos comenzaron a ser un poco más naturales. Meterse entre los centrales para producir superioridad numérica contra los delanteros rivales será vital contra una Venezuela de otro tiempo. Trabajada y con una muralla indetenible, como es Salomón Rondón.

8- La confianza que produjo el gol tempranero llevó a la Argentina a presionar. Por algún pequeño chispazo de sabiduría que se activa dentro de los partidos, Scaloni y su equipo entendieron que son mucho mejores al contragolpear que construyendo la ofensiva desde la zona 1. Y este podría ser su estandarte: un equipo que se salta las líneas y va tan directo al arco contrario como puede.

El ingreso del Huevo Acuña ayudó a que Tagliafico saliera de la zona defensiva. Foto vía Zimbio.

9- El asunto es que contra Venezuela le tocará proponer, y si Paulo Dybala no ingresa por Lo Celso –que por cierto jugó su peor partido desde que está con Argentina, y tiene sentido debido a la nueva genética contragolpeadora del equipo – el clan de la fe la puede pasar bastante mal. Y sí, perder.

10-La inserción de Marcos Acuña fue el último regalo que le entregó el dios del fútbol a la Argentina. Ingresó enchufado, como si comprendiese que es más útil que Lo Celso en este sistema. Rompió por dentro. Y cumplió con algo que parecía imposible de ocurrir en el plan ofensivo albiceleste: liberó a Nicolás Tagliafico de la jaula defensiva.

11-Tagliafico es un arma que la Argentina aún no utilizó. Prefirió dejarlo en zona 1 para proteger. Con Acuña se vio más profundo. Aplicando el ida y vuelta y siendo una opción válida de pase cuando Messi recibe por el medio y está entre tres rivales. Scaloni, velo, por favor. Por allí puede ser el camino. Y para esto es imprescindible la inserción del Huevo Acuña.

12- Aunque se ve menos en pantalla, Messi participa más. ¿Es esto posible? Por supuesto. Ordena, orienta los ataques hacia la zona del campo que él ve más atractiva. Desciende a buscar la pelota cuando se requiere, e intenta serle útil al equipo activando el modo asistidor. En cuartos tendrá que enfrentarse al Tomás Rincón más sólido que jamás se haya visto, y a un arquero de otra galaxia. Porque si se quiere ir a semifinales, no bastará con el Messi pasador.

Y 13- La Argentina vuelve a revolear un elimination-match-point en un torneo corto. A partir de ahora, lo que ocurra y cómo ocurra, podría ser ganancia para un Scaloni que mientras menos influye en el partido, más habrá posibilidades de que el triunfo y la esperanza sigan produciendo sus pequeños milagros.

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