«¿Dónde va a jugar Tevez? Adelante, de nueve o acompañado, pero cerca del área. Ahí es donde ha marcado diferencias». Lo dijo Guillermo Barros Schelotto, hace poco más de una semana, en su presentación como DT de Boca. Fue su primera declaración de principios, cuando aún faltaban algunas horas para su primer entrenamiento y el cruce ante Racing por la Copa Libertadores. Y el mensaje se enfocó en el frontman del equipo. Nada más. Nada menos.
Hubo un motivo en la elección de esa zona para Tevez. Allí se vieron sus mejores imágenes en Boca. Solo o acompañado. Con el Chelo Delgado, Iarley, Palermo, Calleri y el propio Barros Schelotto. De hecho, el último gol del Apache, en su primer ciclo pintado de azul y oro, se filmó en el área con un centro del Mellizo. Ocurrió en la final de la Copa Sudamericana 2004, y contra Bolívar, uno de los rivales de Boca en esta Libertadores 2016.
Aquella noche hirviente de diciembre, Guillermo facturó los espacios por la derecha y el pase atrás encontró a Tevez sin marcas. La definición al primer palo dejó su autógrafo en la red. El título, al cabo, resultó su mejor despedida antes de volar a Corinthians. Y el gol, el ejemplo perfecto de lo que, 12 años después, el Mellizo busca en su versión de entrenador.