Por Santiago Tuñez
“Cuando emprendas tu viaje a Ítaca, pide que el camino sea largo, lleno de aventuras, lleno de experiencias (…) Ten siempre a Ítaca en tu mente. Llegar ahí es tu destino. Más no apresures nunca el viaje”.
Como el poema del griego Konstantino Kavafis, basado en la historia de Ulises, elegí comenzar un recorrido. El inicio fue después del Mundial de Sudáfrica, gracias a un impulso del periodista Uriel Stilman. “Ya es hora de que armes un blog”, aguijoneó mientras compartíamos la sección Deportes en el diario Edición Nacional. Y días después, De Fútbol Somos salió a la cancha. Lleno de aventuras y experiencias, con el ADN personal y el aporte de otros colegas, el proyecto hizo un largo camino para retratar el lado humano de este juego. Y hoy llega a sus diez años. Nada más. Nada menos.
Historias, entrevistas, análisis y perfiles, entre otras cosas, le dieron a De Fútbol Somos una identidad. Una marca. Mi marca. El gen fue ir más allá del destino de una pelota. Así pasaron por este sitio personajes comprometidos dentro y fuera del césped. Uno de ellos, el ex goleador chileno Carlos Caszely, que se negó a saludar al dictador Augusto Pinochet en un acto. “Cuando lo vi venir con sus lentes oscuros y los bigotes, fue como haber mirado a Hitler”, me contó allá por septiembre de 2013. Y hubo espacio, también, para recuerdos maravillosos, como el último partido que los presos políticos uruguayos jugaron en la cárcel, hace 35 años, antes de recuperar su libertad.
La década de este proyecto fue posible gracias a la generosidad un grupo de periodistas. Un equipo que entendió el juego y lo demostró en cada línea de sus textos. Ahí están Gabriel Tuñez, Geoff Hernández, Beto Tisinovich, Cristian Savio, Enrique Gariglio, Marcos Villalobo y Alan Alberdi. Y junto con su aporte periodístico, este sitio se animó a tirar paredes con los relatos de escritores futboleros, como el Negro Fontanarrosa, Osvaldo Soriano, Eduardo Galeano y Juan Sasturain.
En plena pandemia de coronavirus, De Fútbol Somos cumple diez años. Hay motivos para festejar esta meta simbólica y, sobre todo, el viaje emprendido en este tiempo. Porque, como alguna vez dijo el Maestro Tabárez, el camino es la recompensa. Y vaya si se disfrutó. ¡Salud!
