Por Santiago Tuñez
Miércoles 7 de agosto de 1996. Diego Maradona viaja hacia la pelota y elige cruzar el penal. En el destino de su tiro vuela el sueño de Boca por consagrarse en el torneo Clausura. Y esa fantasía, al cabo, se astilla con la mano izquierda de Nacho González. Hay frustración en el semblante del Diez y de sus compañeros. Al igual que en el campeonato anterior, la marcha de los xeneizes rumbo al título choca contra Racing. Cuesta entenderlo, porque le sobran nombres de jerarquía. Maradona, Caniggia, la Brujita Verón, el Kily González y Bilardo muerden el polvo otra vez… Polvo de estrellas.
El recuerdo de aquel equipo, junto con otros que tampoco pudieron ser campeones pese a tener grandes jugadores, fue el tema principal de mi columna en Dosis Diaria, el programa que se emite por Radio del Sol 91.5. Allí, como cada jueves, también recomendé un libro. En este caso, fue El caño más bello del mundo, pensamiento futbolero de Juan Román Riquelme, escrito por Diego Tomasi. Pasen y escuchen este repaso con ruido de pelota.