“LA DEPRESIÓN ES UN TEMA DEL QUE SE EVITA HABLAR EN EL FÚTBOL”

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Por Santiago Tuñez

Son datos de una realidad sobre la que se habla poco fuera del cuadrilátero verde. Datos que encienden una señal de advertencia. El 23% de los jugadores en actividad sufre trastornos del sueño, mientras el 9% admite que padece depresión y otro 7%, ansiedad. Este escenario se potencia entre quienes se retiraron, según un informe de la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales.

Detrás de esas cifras hay historias. Nombres. Como Andrés Iniesta. “Pasan los días, no mejorás, te das cuenta que no tenés vitalidad, todo se va volviendo nublado o negro”, contó alguna vez el español, autor del gol que le dio a la Roja el Mundial 2010, acerca de su batalla contra la depresión. O Santiago García, el Morro, que estaba bajo tratamiento psiquiátrico cuando se suicidó en febrero de 2021. “Los jugadores no somos robots, no estamos hechos de acero, nos pasan cosas”, había alertado tiempo antes el máximo goleador de Godoy Cruz en Primera División.

Pablo Sucarrat, psicólogo deportivo que trabajó en Colón y Rosario Central, entre otros clubes, no se sorprende por los jugadores con cuadros depresivos. Y menos aún, ante el silencio que se genera frente a los problemas de salud mental. “Es un tema del que se evita hablar porque, en primer lugar, uno asocia al fútbol con el éxito, el triunfo, los resultados. Y después, todo lo demás es descarte”, le cuenta a De Fútbol Somos. Y agrega: “Sí, me llama la atención que todavía creamos socialmente en el jugador como un superhéroe al que nunca le va a pasar nada y, cuando eso sucede, es un signo de debilidad. En realidad, no es otra cosa que lo que somos: seres humanos”.

-Y así como pasa con la depresión de los jugadores, ¿la psicología es un tabú en el fútbol argentino? ¿O hubo un cimbronazo después del suicidio del Morro García?
-Lamentablemente, sigue un siendo un tema tabú. La parte mental es un estado natural del ser humano, como la parte física. En ese aspecto, uno puede lesionarse, estar enfermo, tener algún virus… Pero con la salud mental existe un tabú; esto viene de un mal aprendizaje desde sus inicios. De a poco, eso se está revirtiendo: veo que los deportistas jóvenes se animan a hablar más sobre sus estados emocionales, le ponen palabras a lo que viven.

-Más allá de que ahora hay mayor apertura de los futbolistas, ¿fueron ellos, junto con los técnicos, quienes se resistían a la psicología? ¿O había también una resistencia de parte de los dirigentes?
-Cuando trabajaba hace más de diez años con jugador, me decía: ‘Yo no estoy loco”. Eso porque lo asociaban directamente a la locura y no a la patología. Antes había ese concepto por desconocimiento, no sabían los beneficios que podía la psicología en la salud mental del futbolista. Y creo que fue el último factor que se trabajó en este deporte, cuando la cabeza del jugador es una de las partes más esenciales.

“Una cosa es la tristeza y otra, la depresión, que es un cuadro más complejo. Si el jugador no tiene las personas adecuadas a su alrededor, o no logró hablarlo con quien corresponde desde las inferiores, muchas veces se siente solo o termina de la peor manera”, advierte Sucarrat.

-La que toma decisiones…
-Así es, vos podés estar bien físicamente, pero te ponés ansioso, sufrís como cualquier ser humano y eso puede afectarte en el alto rendimiento, que exige el máximo de tus habilidades. Y una de ellas, justamente, es la habilidad psicológica. Hoy por hoy, el reconocimiento de la FIFA a la psicología deportiva, y a nosotros como profesionales, nos ha dado un lugar en el que, de alguna manera, ya estaba la demanda. Los clubes te requerían, los jugadores te llamaban y ahora ya es más natural, a pesar de que puede haber alguna resistencia.

-¿Puede ser que hasta hace un tiempo se le haya dado más importancia a la psicología en las divisiones inferiores que en el fútbol profesional?
-Sí, está un poco más desarrollada. Para muchos, es más lógico que en las inferiores de los clubes se trabaje más con los chicos en el aspecto psicológico. «Y en Primera es distinto», te dicen. No, en Primera también es importante. Creo que la etapa formativa de los chicos es clave, como también en Primera, porque todo ser humano necesita manejar estas cosas que estamos hablando. Reconozco que en inferiores hay una mayor apertura a la psicologia.

-Cuando llegás a los planteles y empezás el ida y vuelta con los jugadores, ¿con qué tipo de casos solés encontrarte?
-Con un montón de situaciones. Hay un filósofo que decía que «el hombre es según las circunstancias». Entonces, tenés el futbolista que quiere ganar la titularidad, aquel que teme perderla, también el que juega con miedo al error porque una vez que lo comete le cuesta salir de ese momento… Además hay mucho relacionado con el estilo de vida, porque la persona comienza a mejorar en la parte económica, se acercan los amigos del campeón y eso también puede confundir al jugador en sus inicios. Hay muchísimas situaciones relacionadas con lo deportivo y la vida diaria. Y por supuesto, está la etapa del retiro. Qué hacer luego del fútbol.

Vos me hablaste del día después de los que llegan a Primera y ahora mencionaste el retiro. ¿Y de qué manera vas preparando a los que no llegan a debutar?
-Se los prepara con un principio de realidad: que no dejen la escuela y tengan un estímulo para que luego continúen en una universidad o un instituto terciario. Se busca, también, que no se distancien de sus afectos, sociabilicen de la mejor manera y sean una persona sana. Es un trabajo más humano; yo voy por ese perfil de humanizar el fútbol. Que no sólo el que jugó en Europa o en Primera es el exitoso. El exitoso es aquel que está en un lugar en el que, de alguna manera, se va formando y también es feliz. Creo que en eso hay un éxito, porque vos podés jugar en los mejores clubes y estar muy triste, solo, sin amigos.

-Además de haber trabajado en el clubes de la Argentina, estuviste en Coquimbo, de Chile, y Motagua, de Honduras. ¿Las preocupaciones por las que te consultan los futbolistas son parecidas tanto acá como en el exterior, o cambian por un tema cultural?
-Los casos cambian mucho, sobre todo por los aspectos culturales. Hay países que a lo mejor están atravesando un ciclón, un tornado o hechos con pandillas, como me pasó en Honduras. O también, padecen realidades de discriminación, que en la Argentina no sentimos tanto, o al menos no son tan visibles. A nivel futbolístico, se viven situaciones similares, ya sea emocionales o cognitivas, donde entran en juego la toma de decisiones y el control de la ansiedad. Patrones del deporte que te exigen que estés al máximo.

 

 

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