Hay estados alterados en Racing. De ahí las trompadas entre Teófilo Gutiérrez y el arquero Mauro Dobler. Todo ocurrió durante el ensayo de fútbol, justo delante de las cámaras. Acaso, ese sea el motivo de tanta repercusión mediática. Porque el cruce fue corto y los golpes, escasos de potencia. Todo lo contrario de aquel combate entre Zandoná y Edmundo en 1995. Molesto por la derrota ante Flamengo 3 a 0, el ex Vélez sintió las cargadas y el cachetazo del brasileño. Y su respuesta fue un tremendo zurdazo al rostro del Animal. Directo a la lona de césped. Y al recuerdo personal del Chino: «Ahora me causa gracia, pero por algo el jugador tiene que ser reconocido. Nunca me arrepentí».
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