Santiago Tuñez Author
Seguí bailando que los vas a enloquecer
Lleva en sus oídos la más maravillosa música: el sonido de la pelota. A los 33 años, Ronaldinho mueve el cuero y disfruta como en su amanecer futbolero con Gremio, allá por fines de los noventa. Goza con la sonrisa incrustada en su cara. Lo hace a cada momento y, más aún, en estas horas de gloria por el título de Atlético Mineiro en la Libertadores. Dinho descorcha el champagne de la consagración y lo saborea con la mejor banda de sonido. Nada lo pudo frenar en la ruta hacia el título. Ni siquiera la patada criminal de Diego Braghieri en el cruce contra Arsenal. Es más, el equipo que dirige Gustavo Alfaro vio en vivo y en directo una joya al ángulo del ex Barcelona. Fue uno de sus cuatro gritos en la Copa. El retrato de su talento inoxidable. Y la ambición de animarse a más. Con la Copa en su currículum exitoso, se convirtió en el cuarto jugador brasileño en ganar esta corona, un Mundial y la Liga de Campeones. «Era el título que me faltaba», asegura el delantero, satisfecho por haber pagado su deuda personal. Y con los acordes de la pelota en su corazón, cierra: «»Me pasan muchas cosas por la cabeza, muchas. Volví a Brasil para esto, era lo que me faltaba. Todo el mundo decía que yo estaba acabado, que este era un equipo de renegados… ¡Hablen ahora!».
Mete gol y Campanella entra
Al otro lado del Atlántico, el fútbol europeo empieza su rodaje para la próxima temporada y devuelve cifras récord. París Saint Germain acaba de pagar 64 millones de euros por el uruguayo Edison Cavani, que podrá lucir el cartel de jugador más caro en la historia de la liga francesa. Y en la tierra nuestra de cada día, hay una película que rompe todas las marcas. En su estreno, Metegol fue vista por 102.867 espectadores. Y durante el primer fin de semana, casi medio millón de personas ocuparon las butacas de los cines para contemplar sus imágenes de animación en 3D. El guión está basado en un cuento del Negro Fontanarrosa y tiene al fútbol como un lugar de referencia argumental. Su director, Juan José Campanella, se muestra alejado de la pelota. «No me pregunten nada de fútbol, porque no tengo idea de nada. Es una gran contradicción, pero entre la escena del estadio de Huracán en El Secreto de sus Ojos y Metegol parece que supiera», aclara en cada entrevista. De todos modos, Campanella se anima a frenar la pelota, cambia de frente y deja su visión sobre el set de filmación de este juego.
«Sólo en los mundiales les creo a los jugadores que les interesa la camiseta. Cuando yo era chico, era de Boca por una cuestión familiar, pero nadie concebiría que Marzolini o Rattín pudiera jugar en River. Hoy en día, en cambio, un jugador de Boca puede pasar a River con toda la tranquilidad». Continue Reading
Una Copa rota
La mente brillante de Alberto de Gasperi unió las piezas de plata esterlina en un papel. Y las manos de 12 artesanos fueron las autoras materiales de la obra. Ocurrió en una joyería de Lima, donde el trofeo original de la Copa Libertadores tomó forma y asomó su silueta reluciente. Era 1959 y, de ahí en más, la leyenda pasó de mano en mano. Gozó noches gloriosas con distintos equipos. Cielos con fuegos artificiales. Hasta que su metal legendario se hizo pedazos en Manizales. Los festejos de Once Caldas por el título copero contra Boca, en 2004, filmaron la caída y el fin del trofeo original. «Yo rompí la Copa Libertadores», admitió el colombiano Herly Alcázar. ¿Cómo ocurrió? «Después de que nos entregaron las medallas vino la celebración en grande, agarré la Copa, la besé y empecé a saltar con ella. Pensé que era compacta, pero el muñeco de encimaestaba sostenido apenas por un cablecito y las orejas estaban como pegadas. De repente, el muñeco Continue Reading
Pelotazo en contra
Jueves 10 de julio de 2003. Una insuficiencia hepática frena el corazón de Roberto Bolaño. Es el fin de su vida. El comienzo de su leyenda. «Se trata del autor de la lengua española posterior al Boom con más impacto en la literatura mundial (…) La juventud latinoamericana lo lee de rodillas y jura por él. Los escritores jóvenes encuentran en sus libros un mundo que les habla a su oído», opina Santiago Gamboa en una nota publicada hoy por el El País, de España. El escritor colombiano recuerda la influencia de Bolaño en el planeta de las letras, señala los temas principales de sus libros y suelta anécdotas: «Lo que más recuerdo de él son sus largas llamadas telefónicas para hablar sobre mil temas, casi siempre literatura pero también cine o fútbol». Y la mirada profunda de Bolaño sobre la pelota dejó una frase contundente. Inmortal. Como cada uno de sus libros. Pasen y lean. Continue Reading
Los amagues de Ortega vuelven al pasado
Por Gabriel Tuñez (*)
Tiene los ojos perdidos por el último medicamento que le dio la enfermera. Le dicen que es para su bien, pero él no tiene ni bien ni mejoría desde hace mucho tiempo. Está acostado boca arriba en una cama desarmada de hospital, en una sala larga y fría que alberga más recuerdos que otra cosa. Maldice el retraso que tiene la muerte para llegar a su cuerpo, pero mientras tanto se sumerge otra vez en el agua de los buenos momentos, que de tan pocos tienen minutos y segundos donde detenerlos con justeza.
“Está muy mal, lo trajeron hace algunos días y empeoró en las últimas horas”, dice una enfermera que desconoce su pasado. Para ser sincero, casi que yo también lo desconozco, pero mi abuelo se encargó de señalarme con puntualidad cada anécdota suya.
Tiene los ojos fijos en el techo liso y bien blanco, no parpadea porque está viendo su película. Allí está ante una multitud encarando y desbordando a un defensor que sabe lo imposible de la marca. Lo pasa, pero para divertirse frena y lo espera para inventar una nueva gambeta y escuchar otro “ole”. Continue Reading
Eternamente Fontanarrosa
Una tarde, aquella del 19 de julio de 2007, Roberto Fontanarrosa dijo adiós. Tenía 62 años y se despidió con sus obras cumbres. Eternas. Ahí, en el papel, sigue la magia de Inodoro Pereyra y Boggie, El Aceitoso, sus personajes de historietas. Lo mismo ocurre con sus cuentos ingeniosos. Y uno de ellos, Memorias de un wing derecho, llegará al cine. Juan José Campanella se inspiró en ese texto para redactar el guión y dirigir Metegol, la película de animación 3 D que se estrenará el próximo 18 julio. El Negro, como se ve, permanece en el recuerdo. A su manera, despierta ideas en otros nombres. Y cristaliza, además, su extraordinario epitafio: «De mí se dirá, posiblemente, que soy un escritor cómico, a lo sumo. Y será cierto. No me interesa demasiado la definición que se haga de mí. No aspiro al Nobel de Literatura. Yo me doy por muy bien pagado cuando alguien se me acerca y me dice: ‘Me cagué de risa con tu libro´».
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Dame pelota (de fútbol)
«Tuve que decidir si dedicarme al fútbol o al tenis. Y ganó el tenis. Diría que tomé la decisión más acertada». Lo asegura el escocés Andy Murray, número dos del mundo, y vaya si tiene razón. En horas nomás, transitará el camino a la gloria en el césped de Wimbledon. Allí se verá la cara con el serbio Novak Djokovic, el líder del ranking ATP, la espera de cristalizar dos ilusiones: ganar el segundo Grand Slam de su vida y, sobre todo, ser el primer británico en lograr el título del All England después de 77 años. Nada más. Nada menos.
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Se oye ruido de tenis en el inconsciente de Murray y, también, hay sonido de fútbol. Ocurre que su abuelo fue jugador en los 50. Es más, Andy barajó la pelota en Rangers, donde se entrenó a los 15 años. «Me habría encantando jugar con el Hibernian (el club de Leith, en el norte de Edimburgo), pero mi sueño máximo era fichar por Arsenal y jugar como Jack Wilshere, organizando el juego en la mitad de la cancha, pero sin miedo a lanzarme al ataque», contó el escocés, meses atrás, en una entrevista con el sitio de la FIFA. Continue Reading
Fútbol en democracia
El grito podría haber sonado durante un acto político, una protesta gremial, una manifestación universitaria. Nada de eso. De pronto, la canción subió su volumen y recorrió el cemento de las canchas. «Se va a acabar, se va a acabar, la dictadura militar», exigieron distintas hinchadas. Un símbolo del camino transitado por la sociedad argentina en 1983. El año en que la dictadura dejó de ser un okupa sangriento del poder, las urnas volvieron a las mesas y la democracia abrió todas las puertas clausuradas. El fútbol, al igual que la política y otros sectores, recorrió ese camino con intensidad. Y así lo cuenta Germán Ferrari, autor de 1983, el año de la democracia, en esta nota con el sitio AuGol. Se oye ruido de pelota, con datos, momentos e historias imperdibles.