Santiago Tuñez Author
La mente creativa de Alberto de Gasperi unió las piezas de plata esterlina en un papel. Y las manos de 12 artesanos fueron las autoras materiales de la obra. Ocurrió en una joyería de Lima, donde el trofeo original de la Copa Libertadores tomó forma y asomó su silueta reluciente. Era 1959 y, de ahí en más, pasó de mano en mano. Gozó de noches memorables con distintos equipos del continente. Cielos con fuegos artificiales. Hasta que una parte de metal legendario se hizo pedazos en Manizales. Continue Reading
Por Gabriel Tuñez (@gabtunez)
Manuel Fernández Fernández compró Por quién doblan las campanas en una gira que Real Madrid realizó hace más de 60 años por Latinoamérica. Lejos de la España franquista, Pahíño, como se lo conoció en el fútbol ibérico, pasó una tras otra las páginas de esa obra insuperable en la que Ernest Hemingway puso en modo de literatura los días de angustia, balas y bombas de la Guerra Civil. Continue Reading
Por Santiago Tuñez
Tenía un pecado con la Selección. Los tres penales fallados contra Colombia, una noche de 1999, eran su castigo interminable y ni las redes bombardeadas con Boca lo acercaban al perdón. Pasaban los años y ningún DT redactaba su nombre entre los convocados. Hasta que lo hizo Maradona en las Eliminatorias al Mundial de Sudáfrica. Se oscurecía el cielo de su ciclo. Sonaban los truenos. Y con la advertencia de los relámpagos, le hizo un espacio a Martín Palermo. Fue el 10 de octubre de 2009, en un largometraje intenso hasta los títulos del final. El Loco ingresó al comenzar el segundo tiempo y, en una noche agitada, tuvo su momento de redención. Bajo el diluvio universal, reconquistó al equipo argentino. Catorce años después, comparto la crónica que escribí entonces en el diario Edición Nacional. Con el título Héroe, otra vez, estas líneas retrataron el paso a paso de Palermo. Su entrada y el gol. El perdón absoluto, luego de los malditos penales. Y el agua bendita en su cuerpo. Continue Reading
Por Jorge Valdano
Empiezo este artículo inspirado por un episodio menor. Estoy en Positano, un pueblo maravilloso colgado de un monte de la Costa Amalfitana, a algo más de 50 kilómetros de Nápoles. En el restaurante del hotel reina un ambiente más propio del siglo XX que del XXI. A la hora de la cena, un violinista pasa entre las mesas tocando suaves melodías. El intérprete es un hombre que roza los 50 años, de fría inexpresividad y rostro duro, como tallado en piedra. Parece habitar no sólo en otro tiempo, sino también en otro mundo. Cuando pasa por mi lado, totalmente absorbido por su música, hace algo que lo convierte en humano; se agacha y me dice las dos únicas palabras que se le han oído a lo largo de la semana que llevo en el hotel: “Grande Diego”. Para qué decir el apellido si todos sabemos que, en Nápoles y alrededores, sólo hay un Diego. Podría haber ocurrido en Buenos Aires. Continue Reading
Por Santiago Tuñez
Antes de sostener que ya no tenía “la energía necesaria para absorber las tareas variadas que demanda la Selección” y mostrarse “ciento por ciento convencido” con su decisión, Marcelo Bielsa había tomado el pincel y trazado un cuadro distinto. Siempre, desde su discurso honesto y la propuesta de ir a más en cada partido. Había llegado en septiembre de 1998, con miradas de incógnitas en la periferia pese a la recomendación de José Pekerman. Y el 14 de septiembre de 2004, hace ya 15 años, se marchó en una determinación sorpresiva. Su obra quedó inconclusa, pero los recursos elegidos perforaron la matriz. Dejaron lo previsible lejos de la paleta de colores y buscaron retratar la tela con perfección. Escaparon a la intrascendencia. De principio a fin. Continue Reading
Las hojas del contrato ya tenían su firma y la trasferencia había filmado su última escena. A cambio de 11 millones de dólares, Gabriel Heinze armaba sus petates y volaba de París Saint Germain hacia Manchester United. Su sonrisa estaba incrustada en el semblante y brillaba en el recorrido por las víscera de Old Trafford. Hasta que Alex Ferguson frenó su caminata y le dejó una advertencia: si quería estar con la Selección en los Juegos Olímpicos de 2004, quedaría muy relegado en su lista de nombres. Pues bien, el Gringo eligió viajar a Atenas y estar en el equipo dirigido por Marcelo Bielsa. Continue Reading