Tiempo de valientes

A un toque

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El inconsciente colectivo lo recuerda como un actor de reparto en aquella selección colombiana que adhería al toque en su fútbol de autor. Plantado en la mitad de la cancha, el hombre aplicaba el músculo para recuperar la pelota y el cerebro para soltarla con buen destino. La mayoría de las miradas era para Valderrama, Rincón y Tino Asprilla. Pocas se enfocaban en el personaje de pelambre negra y bigotes espesos. Nada de eso le importaba a Leonel Álvarez. Lo suyo no era atraer la crítica ajena, sino guerrear contra el rival de turno para quedarse con el cuero redondo. Alguna vez fue contra Cholo Simeone. Otras frente a Dunga. En esa tarea metalúrgica, bombeaba su sangre y se animaba a cualquier nombre. Hasta lo hizo en un partido contra Pablo Escobar y sus sicarios. Así es, ante uno de los personajes más violentos de la historia de Colombia. Ocurrió a principios de los 90, en la Catedral; la cárcel donde el capo narco permaneció detenido para estar a disposición fugazmente de la Justicia.

Leonel Alvarez, en sus tiempos de técnico del seleccionado colombiano, años después de aquel partido contra Pablo Escobar. Foto de Mike Stobe/Getty Images North America Vía Zimbio

Leonel Alvarez, en sus tiempos de técnico del seleccionado colombiano, años después de aquel partido contra Pablo Escobar. Foto de Mike Stobe/Getty Images North America Vía Zimbio

“Mi papá organizó intensos partidos con invitados especiales que llegaban desde Medellín. El arquero René Higuita, los jugadores Luis Alfonso, el Bendito Fajardo, Leonel Álvarez, Víctor Hugo Aristizábal, Faustino Asprilla y el DT Francisco Maturana subieron algunas veces a La Catedral a jugar partidos de fútbol”, comentó Juan Pablo Escobar, en su libro Pablo Escobar, mi padre. Y al describir el carácter del cinco colombiano, describió esta escena: “En uno de esos encuentros me llamó la atención la agresividad de Leonel contra mi papá; le entraba más duro que a cualquiera, pero él no decía nada. Sin dudas era un jugador muy valiente, hasta que Mugre (sicario de Escobar) lo llamó a un lado de la cancha y le dijo ‘cáigale más suave al Patrón, pues ese man no dice nada, pero lo está mirando feo”.

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