Martín Palermo Tag Archive
Por Santiago Tuñez
Tenía un pecado con la Selección. Los tres penales fallados contra Colombia, una noche de 1999, eran su castigo interminable y ni las redes bombardeadas con Boca lo acercaban al perdón. Pasaban los años y ningún DT redactaba su nombre entre los convocados. Hasta que lo hizo Maradona en las Eliminatorias al Mundial de Sudáfrica. Se oscurecía el cielo de su ciclo. Sonaban los truenos. Y con la advertencia de los relámpagos, le hizo un espacio a Martín Palermo. Fue el 10 de octubre de 2009, en un largometraje intenso hasta los títulos del final. El Loco ingresó al comenzar el segundo tiempo y, en una noche agitada, tuvo su momento de redención. Bajo el diluvio universal, reconquistó al equipo argentino. Catorce años después, comparto la crónica que escribí entonces en el diario Edición Nacional. Con el título Héroe, otra vez, estas líneas retrataron el paso a paso de Palermo. Su entrada y el gol. El perdón absoluto, luego de los malditos penales. Y el agua bendita en su cuerpo. Continue Reading
La firma en el papel
Jeans rotos, campera agujereada, ojos con delineador, aritos… El look ochentoso de Martín Palermo tenía una clara influencia: Soda Stéreo. En esos tiempos, Gustavo Cerati, Zeta Bosio y Charly Alberti eran ídolos de póster y su música sonaba en los oídos de aquel adolescente con sueños de jugador. Y su fanatismo por la banda alcanzó el éxtasis en el verano de 1986 en Santa Teresita. Durante un mes, según contó el periodista Cristian Grosso en el libro Futbolistas con Historia (s) de Selección, el Titán trabajó como tarjetero de la discoteca Vabieka. Todo para conocer a los integrantes de Soda Stéreo, que la noche del 17 de enero de ese año se presentaron en el boliche. Una mano anónima le abrió la puerta de los camarines y, al fin, los tres músicos le dejaron su firma en un cuaderno. El tiempo pasó y aquel chico que veraneaba en la Costa se vistió de famoso gracias a sus goles legendarios. Tanto, que alguien se acercó, tocó su espalda y le pidió un autógrafo. Era Gustavo Cerati.
Milagro esperado
Llovía. Y mucho. Las gotas inundaban los rincones del Monumental y la desesperación crecía con los galopes del corazón. Argentina empataba contra Perú 1 a 1 y despistaba en la ruta al Mundial de Sudáfrica. Sólo un milagro, en tiempo de descuento, podía devolverla al asfalto y acercarla a la clasificación. Y Martín Palermo, el personaje señalado, hizo real el sueño imposible. Iluminó la tormenta. Su botín izquierdo le dio el destino perfecto al puntapié de Pocho Insúa. Y su gol agónico reservó el pasaje celeste y blanco para la Copa del Mundo. La postal ocurrió el 10 de octubre de 2009 y, tres años después, comparto con ustedes la crónica que escribí entonces en el diario Edición Nacional. Con el título Héroe, otra vez, estas líneas resumieron el paso a paso de Palermo aquella noche. Su entrada y la ambición personal. El deseo y su firma en la red. Su milagro esperado.
¿Me firmás un autógrafo?
Jeans rotos, campera agujereada, ojos con delineador, aritos… El look ochentoso de Martín Palermo tenía una clara influencia: Soda Stéreo. En esos tiempos, Gustavo Cerati, Zeta Bosio y Charly Alberti eran ídolos de póster y su música sonaba en los oídos de aquel adolescente con sueños de jugador. Y su fanatismo por la banda alcanzó su éxtasis en el verano de 1986 en Santa Teresita. Durante un mes, según contó el periodista Cristian Grosso en el libro Futbolistas con Historia (s) de Selección, el Titán trabajó como tarjetero de la discoteca Vabieka. Todo para conocer a los integrantes de Soda Stéreo, que la noche del 17 de enero de ese año se presentaron en el boliche. Una mano anónima le abrió la puerta de los camarines y, al fin, los tres músicos le dejaron su firma en un cuaderno. El tiempo pasó y aquel chico que veraneaba en la Costa se vistió de famoso gracias a sus goles legendarios. Tanto, que alguien se acercó, tocó su espalda y le pidió un autógrafo. Era Gustavo Cerati.
Pase profundo (por Martín Caparrós)
Desde comienzos de año, esta sección le hizo espacio a las mejores reflexiones futboleras de los escritores. Desde la tinta y el papel de sus libros, conocimos un análisis de calidad sobre las temáticas de este juego. Hoy, habrá una excepeción. El pase profundo estará dedicado a Martín Palermo. El hombre que pulverizó la racha de 953 minutos sin convertir goles. Y al que Martín Caparrós le dedicó tiempo atrás esta definición color esperanza.
Es fácil triunfar siendo Messi; lo meritorio es ganar siendo Palermo. Palermo es el estandarte de los que nunca tuvimos ningún talento peculiar: la demostración de que todos podemos».