Condenados a la nada…

A un toque

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Por Geoff Hernández (@geoffhernandez)

1- Era imposible imaginar otro final para este concierto de eventos desafortunados blaugranas que ahíncan sus raíces en las desgracias administrativas y que se reflejan en lo deportivo. La misma crueldad del fútbol llevó a Barcelona a sufrir la amarga hiel de la desesperanza hasta la última fecha, y es que no se puede observar de otro modo. Aunque sus ojos veían una oportunidad, sus mentes sabían que era imposible. Sufrieron en su casa. Se dieron la mayor paliza de su vida intentando alcanzar un premio que, a partir del inicio de la segunda vuelta del torneo, nunca merecieron. Quisieron apelar al potrero y al coraje contra un equipo que de esto tiene mucho. Terminaron de la misma forma que en las cinco presentaciones anteriores ante el Atleti, creyéndose inferiores. En el Camp Nou se demostró, una vez más, que no siempre ganará el mejor, sino el más convencido.

 

2- Desde que la pelota comenzó a rodar, la balanza siempre estuvo a favor del cholismo; de ese nuevo orden mundial de pensamiento que plasma en un deporte la grandeza arraigada del ser humano de superación, de creer que lo imposible es un muro pintado en el subconsciente y que la gloria es el resultado final de la fe. Quizás estemos viviendo los últimos suspiros de este maravilloso Atlético de Madrid. Ojalá me equivoque, pero de lo que sí estoy seguro es que de nuestras mentes jamás serán borradas las imágenes de estos guerreros dejándolo todo en el césped solo para adquirir su espacio en la historia.

3- Simplemente, Messi no está. Fue su decisión y la ejecutó a la perfección. Entendió que era necesario destruir para reconstruir. Al principio intentó jugar, pero cuando se vio encerrado en esa jaula liderada por Miranda, renunció a cualquier insistencia. Sus ojos hace rato que están firmes hacia Río de Janeiro. Sabella ve con recelo lo que Martino vivió con dolor.

Messi fue amonestado durante el partido. Foto de Quique García / Agencia AFP

Messi fue amonestado durante el partido. Foto de Quique García / Agencia AFP

4- Conmovedor. Ese sería el adjetivo más justo y preciso para calificar el partido de Koke. Es un anticatalán nato. Se multiplicó y, junto con Tiago y Godín, se encargaron de construir muros en forma de triángulos que asfixiaban a cada uno de los mediocampistas del Barça que tenía el balón en los pies. Filipe y Juanfran tuvieron un despliegue inolvidable. Atacaban defendiendo y de una forma sutil se unían a los volantes para formar los 2×1 o 3×1.

5- El único digno de Barcelona fue Mascherano, y con digno no intento ofender a nadie, sino deseo alabar la prestancia, el festival de anticipaciones que tuvo Masche, y la habilidad empírica de aparecer en el momento preciso para evitar el desastre. Demostró cómo se juega una final. El Barça pierde más sin Mascherano, que Mascherano sin el Barça.

6- Costa, Turán y Busquets fueron los batalladores caídos. Sacrificados por el ritmo frenético de lucha en todo el campo. El guión era el mismo: un Barça diluido y un Atleti bañado en comodidad, hasta que apareció Aleix, el delantero más acusado y otro de esos elementos que no merece el club catalán por ser víctima de tantos perjurios. El mismo que se inventó aquella vaselina inolvidable frente a Diego López. Recibiendo la asistencia de Messi (el único momento que se zafó de su infierno interno), envió un bombazo que aún estremece las redes del Camp Nou. De otro partido. De otra especie ese gol que llenó de ilusión, al menos por unos minutos, a los cristalinos ojos de Martino.  Y como síntesis de toda la temporada, a los cinco minutos del segundo tiempo Godín acabaría con toda disidencia.

7- Pocos, quizás nadie, imaginaría que en dos años aquella perfección futbolística creada por Guardiola, estaría corriendo como almas sin sentido y llenas de caos para intentar conseguir la pelota, errando una y otra vez, y siendo burlados con sus propios fundamentos de orden y posición. La paliza que se dieron Alexis, Pedro, Iniesta y Cesc (entre los cuatro sumaron casi 40 km) de nada sirvió. Lógico, en el fútbol actual no es el que más corra, sino el que mejor lo haga. [pullquote]Más allá de la ida de Martino, es necesario un proceso de curación en la mente y el corazón de los que se queden.[/pullquote]

8- Pero siempre hay una luz dentro de tanta desgracia. Sin ser un equipo desde hace dos meses, sin fe, sin ideas y llenos de tantas adversidades, Barcelona perdió el campeonato el último día sólo por un gol, cayó en la final de la Copa y en cuartos de Champions. Así de buenos son. Más allá de la ida de Martino, es necesario un proceso de curación en la mente y el corazón de los que se queden. Aún este Barcelona tiene vida. Tata sólo entrenó en su primer trimestre de contrato. Hasta aquel horrible día en Vallecas cuando goleando 0-4, todo acabó.

9- En ocho días se jugará la última gran final de este sueño estéreo que vive Simeone y su clan de la fe. La cabeza del gigante blaugrana ya está en sus manos. Es momento de limpiar las armaduras y afilar todo el arsenal para enfrentar a los guerreros de Chamartín. La cuasi invisible línea que dividirá una gran temporada de una histórica, ya está al frente. ¿Cómo será el fin de este sueño? ¿Gloria o condenación a la nada?

 

 

 

 

 

 

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