Santiago Tuñez Author
Confianza ciega
«Nunca viajé en avión». Allá por septiembre de 2013, Cristian Pavón cerraba sus valijas y se preparaba para carretear rumbo al Mundial Sub 17, en Emiratos Árabe. Era su despegue en el mundo de la pelota y, de ahí en más, el adolescente de Anisacate tendría un vuelo vertiginoso. De Talleres de Córdoba a la transferencia a Boca, un año después, a cambio de casi 12 millones de pesos. Del sueño xeneize a jugar un semestre en Colón, donde se dio el gusto de lograr el ascenso. Y de ahí, finalmente, a ser pedido por Vasco Arruabarrena para la pretemporada. Deslumbró unos minutos el verano, pero una patada violenta de Vangioni lo sacó de acción. Volvió, sumó minutos con gol incluido a Lanús, y dejó en claro su fe a la espera de entrar contra River. «Voy a hacer un gol», le avisó al arquero Guillermo Sara. Encaró al lateral izquierdo en cada jugada y, en una aparición por el otro costado, le dio el triunfo a Boca en la lección de honor. Estaba confiado, otra vez. Creyó en su potencial, como hace ocho años demostraba en un diálogo corto con un periodista de su pueblo. Algo para ver, y recordar, en el final de este video.
Deuda saldada
Ya se habían conocido en algunos cumpleaños de amigos en común. Y las playas de Punta del Este, en el verano de 2010, los unieron en una charla sobre su equipo del corazón. Hablaron una, dos, tres… seis horas. “Tenemos que hacer algo por nosotros, por nuestros viejos, por nuestras familias”, se propusieron en el anochecer uruguayo. Y ahí, Matías Lammens y Marcelo Tinelli decidieron aterrizar en San Lorenzo. El avión perdía metros de altura, caía en los promedios y el triunfo contra Instituto, en la Promoción de 2012, aportaba algo de alivio en medio del ruido de las alarmas. La dupla, finalmente, tomó los controles en septiembre de ese año, luego de ganar las elecciones con más del 80% de los votos. Mil días después, puede sentirse satisfecha por el título en el Torneo Inicial 2013, la Copa Libertadores 2014 y el subcampeonato en el Mundial delClubes. La gestión, también, equilibró las cuentas y recuperó el sentido de pertenencia. Y Lammens, personalmente, pagó su deuda interna. Esa que confesó en la edición de marzo de la revista Brando. “Este es un cargo que tiene que ver con mi familia, con mi papá. Para mí, esto que pasa con San Lorenzo es una cuenta pendiente. Yo vengo a sanar una historia personal, devolviéndole al club parte de lo que me dio. En el momento en que yo necesitaba aferrarme a algo porque había perdido a mi viejo, San Lorenzo me puso el hombro. Este es un modo de saldar una deuda”.
El (triste) baile de la gambeta
“Esos dos años y medio en los que conviví con la memoria de Garrincha sirvieron para retomar una admiración que comenzó un remoto domingo de noviembre de 1958, cuando vi por primera vez en el Maracaná un Botafogo 3- Flamengo 2. Fue ahí que descubrí, mirando dentro de mí mismo, que hasta los más fervorosos simpatizantes de Flamengo también llevaban a Garrincha en el corazón”.
Hace 20 años el periodista brasileño Ruy Castro escribió Estrela solitária. Un brasileiro chamado Garrincha, la biografía de Manuel Francisco dos Santos, a quien su compañero Tostao llamó “el Charles Chaplin del fútbol”.
La primera edición del libro, devorado por el ex presidente Lula da Silva, se agotó nada más al salir a la venta, pero la segunda fue prohibida por la Justicia debido a una presentación legal que realizaron dos de sus 14 hijos reconocidos que habían considerado una ofensa moral la descripción acerca de que el pene de su padre futbolista medía 25 centímetros. En los días siguientes, otro juez aseguró que la dimensión detallada en las páginas era motivo de “orgullo” y no un agravio, por lo que el libro volvió a las vidrieras y se transformó en best-seller.
Castro había escrito años antes La historia de las historias de la Bossa Nova, y sus siguientes trabajos editoriales también abarcaron a los principales músicos y poetas del tradicional ritmo brasileño. Sólo “alteró” su obra para “contar la vida de un extraordinario ser humano”, el “ciudadano más amado de Brasil”. Sin embargo, el autor señaló que cuando Garrincha murió, a los 49 años, el 20 de enero de 1983, todo “un sentimiento de culpa se abatió sobre la nación”. Según el resultado de la autopsia, el puntero derecho del seleccionado campeón mundial en Suecia 58 y Chile 62 había sufrido una “congestión pulmonar, pancreatitis y pericarditis, todo dentro del cuadro clínico de alcoholismo crónico”. Continue Reading
La biblia futbolera de Galeano
“Cuando el Mundial comenzó, en la puerta de mi casa colgué un cartel que decía: Cerrado por fútbol. Cuando lo descolgué, un mes después, yo ya había jugado sesenta y cuatro partidos, cerveza en mano, sin moverme de mi sillón de preferido”. Lo escribió Eduardo Galeano, a mediados de 2010, después de los gritos de gol y el sonido de las vuvuzelas en Sudáfrica. El texto devuelve su pasión por la pelota y forma parte de El Fútbol a Sol y Sombra, su biblia de 295 páginas dedicada a este juego. El testamento en el que homenajea a este juego, denuncia las estructuras de poder y traza perfiles deliciosos de los cracks. “No había demorado en darse cuenta de que era insoportable la responsabilidad de trabajar de dios en los estadios, pero desde el principio supo que era imposible dejar de hacerlo”, escribe, por ejemplo, sobre Diego Maradona. El libro invita a lectura, y por una gentileza de Siglo XXI Editores puede ser tuyo. Seguí a @defutbolsomos y prestá atención para participar del sorteo.
Sólo se trata de sentir
Hay una huella en Borussia Dortmund. Es la huella de Jürgen Klopp, que pronto llegará a su último paso. A pesar de que tenía contrato hasta 2018, anunció que dejará el equipo a mitad de este año. El adiós se conoció en una conferencia, en la que explicó los motivos de su salida. «El club se merece un entrenador que esté al 100%, porque ya no soy perfecto. Así que la decisión es correcta», subrayó ante los periodistas. Queda, entonces, una obra exitosa para destacar con tinta fluorescente. Desde la llegada de Klopp en 2008, el Dortmund logró dos Bundesligas (2011 y 2012) y una Copa Alemana (2012), y cayó contra Bayern Munich en la final de la Champions League 2013. Y así como resaltan los títulos, lo mismo ocurre con el estilo que el DT tatuó en su ciclo. Vocación ofensiva. Ritmo intenso. Verticalidad. Una manera de vivir el juego que, hace más de un año, Klopp describió en el diario El País. La mejor manera de entender esta película que se acerca a los créditos del final. «Los partidos deben tener un efecto más allá del resultado. Si ganas 1-0 y el juego ha sido muy vivo, el fútbol queda legitimado. No me interesaría tener a Xavi, Messi y Cristiano en el mismo equipo… Si me pongo a jugar al tenis contra una niña de tres años y estoy al otro lado y remato con fuerza y la niña está ahí de pie con la raqueta… no es divertido. Pero si al otro lado hay un hombre y jugamos al ping-pong, si gano está bien y si no gano probablemente me haya divertido. Para los aficionados es como una droga. Yo nó solo quiero ganar, ¡también quiero sentir!».

«¡Yo no solo quiero ganar, ¡también quiero sentir!», fue el lema de Klopp en el Dortmund. Foto de David Ramos/Getty Images Europe / Vía Zimbio