SALUD, DINERO Y BALÓN

A un toque

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Siete palabras. Un concepto futbolero. Pura desilusión. «Demasiada camiseta y cada vez menos gambeta», lamenta Andrés Calamaro en Clonazepán y Circo. El tema suena entre las 37 canciones urgentes de Honestidad Brutal, el disco doble que dejó una marca eterna en la carrera del artista. «Una grabación espontánea, pero interminable», según definió el propio Calamaro. Y que, a 20 años de su lanzamiento, devuelve ese riff de pelota que tanto repercute en los oídos del Salmón.

Hay, de hecho, una canción dedicada a Maradona. «Es un tema especial. Santiago Auserón (compositor español) me felicitó por las rimas; dijo que eran muy sofisticadas. Además, Diego vino a escuchar la canción y grabar el arranque, en el que me da las gracias y se la dedica a sus hijas«, recordó Calamaro, tiempo atrás, en la revista Líbero. Y luego agregó: “El Maradona que conozco es una persona excelente, confidencial, humilde… Siempre reconoció los méritos de los cantantes de la música popular, de otros futbolistas, de otros deportistas».

La aparición de Maradona en Honestidad Brutal no se termina ahí. Tiene otra secuencia. Junto a Calamaro, puso su voz en la ranchera Hacer el Tonto, donde el artista lo compara con Gardel. «Diego fue valiente, porque canta una canción zapatista revolucionaria y, además, no es sencillo cantar un tema sin conocerlo. Lo hizo estupendamente bien», valoró el Salmón. Y de aquel momento, soltó un aporte memorable: «Nos quedamos en el estudio hasta las 7 u 8 de la mañana. Ya de día, nos fuimos y las últimas palabras de Diego fueron: ‘Andresito, llamame en dos horas’. Un auténtico bohemio».

Al Diez inmortal le cantó en aquel disco y, también, junto a Fito Páez antes del Mundial de Estados Unidos ’94. Y a Lionel Messi, el Diez terrenal de estos días, lo defendió de las críticas luego de la Copa América 2011. «Usted juegue tranquilo que ya lo ganó todo. Plántese y explique cómo quiere jugar y dónde. Arme el equipo según su sabiduría inexplicable. El fútbol es así», publicó el cantante en aquellos tiempos. Y lo mismo hizo hace un mes, después de la derrota ante Venezuela 3 a 1: «Lo lógico es que Messi venga a una selección consolidada. Tenemos tiempo para corregir».

Más allá de ser hincha de Independiente, Calamaro también enfocó su interés en la final de River y Boca por la Copa Libertadores 2018. «¡Es tan importante como el hundimiento del Titanic!», sostuvo a la agencia de noticias EFE antes del primer partido en la Bombonera. Aquella definición y el título en Madrid consolidaron su sintonía con el DT del Millonario: «Hay que aceptar la realidad: el River de Napoleón Gallardo es un equipo de historia (…) Ahora, el champán del fútbol es Gallardo y 11 más. Y se declara, a sí mismo, un Salmón, como yo me declaro siempre en las filas de Napoléon».

La play list futbolera de Calamaro incluye, por último, otro ícono de River. Otro símbolo de la Selección. El Salmón tiene debilidad por el Burrito Ortega. Tanto, que participó de su partido homenaje y le dedicó elogios en el libro No alcanzan las palabras. «Es el ejemplo imperfecto del futbolista talentoso, endiablado, humilde, universal, bohemio, sencillo; amado por su hinchada y temido por las defensas; vertical, indescifrable, conflicto y adorado», escribió sobre el jujeño. Y luego de definirlo como «un mago que saca galeras de los conejos», el artista puso el broche a su admiración por Ariel: «Transitó distintos equipos en la Argentina y en el mundo; dudo que alguien haya podido sacarle la pelota de los pies en plena gambeta».

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