A un toque
Por Gabriel Tuñez (@gabtunez)
Un galpón de unos 25 metros cuadrados, con techos altos y vigas a la vista, funcionaba como sala de torturas. De las vigas, justamente, se colgaban a los detenidos. Debajo de ellos, el piso estaba mojado y electrificado para que no pudieran apoyar los pies sin recibir una descarga. En el primer piso había dos habitaciones: una era la de Aníbal Gordon, considerado el jefe de máximo del lugar. La otra era utilizada por los uruguayos José Nino Gavazzo y Manuel Cordero Piacentini para torturar a sus víctimas, sobre todo las que eran sus compatriotas. Continue Reading
Por Santiago Tuñez
Miércoles 7 de agosto de 1996. Diego Maradona viaja hacia la pelota y elige cruzar el penal. En el destino de su tiro vuela el sueño de Boca por consagrarse en el torneo Clausura. Y esa fantasía, al cabo, se astilla con la mano izquierda de Nacho González. Hay frustración en el semblante del Diez y de sus compañeros. Al igual que en el campeonato anterior, la marcha de los xeneizes rumbo al título choca contra Racing. Cuesta entenderlo, porque le sobran nombres de jerarquía. Maradona, Caniggia, la Brujita Verón, el Kily González y Bilardo muerden el polvo otra vez… Polvo de estrellas. Continue Reading
Pudo haber sido en un diálogo intenso con Bilardo, antes de salir a escena a mover la bola con Marcelo Trobbiani y el Bocha Ponce, en aquel Estudiantes ochentoso de músculo y cerebro. También, en la charla con Passarella, allá por una mañana helada de 1990, cuando le expresó su deseo de dirigir y el Káiser le dio las llaves de entrada a la Reserva de River. O casi 20 años después, al enfocar sus ojos en la Brujita Verón y cía, para proponerles -marco en mano- quedar en el cuadro del equipo campeón de la Libertadores.
Por Santiago Tuñez
«Por el hecho de haber ganado algunas batallas futbolísticas o por defender a la gente como quiero defenderla, no me creo un mito de la sociedad. ¡Pero les agradezco! ¿Sabés lo que pasa? Que acá, para los argentinos, si morís, sos un fenómeno, ¡pero no les voy a dar el gusto! No tengo que morirme a los 38 años para ganar un consenso general. ¡No, ¿para qué?!» Continue Reading