Cuestión de pelotas y algo más…

A un toque

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Sábado 24 de mayo de 2003. Apenas faltaba un día para que asumiera la presidencia. Su figura captaba entre un 50 y 60% de la aprobación popular. Números que contrastaban con la devastada economía argentina, que devolvía una tasa de desempleo de 17,8% y un índice de 57,5% de pobreza. Y de pronto, Néstor Kirchner pulverizaba cualquier protocolo. En una tarde invernal, aparecía en el Cilindro de Avellaneda. Todo para ver a Racing, su equipo del corazón. Y mientras firmaba autógrafos, le bajaba la tensión al mal momento de la Academia, entonces con Emilio Commiso como entrenador interino. «Estoy acostumbrado a sufrir, pero ya vamos a ganar algún partido», comentaba. Y hasta dejaba el nombre de dos candidatos: «Mi favorito es Basile. También me gusta Merlo. Traigámoslo a alguno de los dos».
Fue una declaración de principios. Y también, el ingreso de Kirchner en el mundo futbolero. Dentro y fuera de la presidencia, consolidó sus lazos con la barra de Racing. Hace cuatro años, la Guardia Imperial hizo campaña para el oficialismo y desplegó una bandera de diez metros con el mensaje «Kirchner 2007-2011». En aquellos días, el diario Perfil también publicó que Kirchner había recibio al menos dos veces a barras de Racing. Incluso, el ex DT de la Academia, Claudio Vivas, acusó al entorno del ex presidente de haber forzado su salida del club. «Mi despido vino por presión de gente que tiene que ver con el Gobierno. Fue el hijo de Kirchner», disparó en abril de este año, en declaraciones a radio Cooperativa.
Más allá de su influencia en la vida diaria de la Academia, Kirchner fue uno de los principales ideólogos del Fútbol para Todos. Detrás de escena, impulsó el fin del contrato entre la AFA y TyC. “Es muy importante democratizar la Argentina y todas las estructuras fondo. Terminar con prácticas monopólicas y democratizar al fútbol, darle la gratuidad, es dar un gran paso para todos lo argentinos”, destacó alguna vez. Y hace poco más de un mes, le manifestó a Maradona su deseo de que volviera a la Selección. Lo blanqueó el propio ex futbolista: «Néstor me dijo que quería hablar conmigo. Tuvimos una charla normal y me felicitó por el Mundial. No hablamos del tema Grondona, pero lo que me dijo es que quiere que vuelva a la Selección».
Interesado por el destino de Racing, Kirchner lo siguió de cerca hasta cuando fue sometido a una angioplastia, en septiembre pasado. «Estaba contento, pero no tanto por la derrota contra Estudiantes», dijo, entonces, el secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli. Y acaso, estas palabras del ex presidente sean el mejor epitafio de su simbiosis con la bola: «Con el fútbol sufro más que con la política».

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