Alfa y Omega

A un toque

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Por Geoof Hernández (@geoffhernandez)

1- Romero y Messi. Los rescatadores ante la desgracia. Sus talentos bastaron para maquillar una imagen de la Argentina que sigue siendo abstracta para algunos, e inconcebibles para otros. Sin ser más que Irán, salieron vivos de esa telaraña perfectamente orquestada por Queiroz y comandada por el gigantesco Andranik Timotian. Ni Sabella ni nadie puede aplaudir lo que en 180 minutos se ha visto, pero las perspectivas generalizadas siguen siendo crueles y desordenadas. La Argentina es equipo. Lo demostró. Sufrió en compacto. Intentó crear en cohesión y nunca bajó los brazos. Hay una realidad que se demostrará con el pasar de los juegos, y es que mientras más duro sea el rival, mejor responderán. Hasta ahora no hay fútbol, sólo desbordes de ilusión liderados por Messi, y es que Messi está y esa es la diferencia entre lo que es y lo que puede llegar a ser.

Messi festeja su gol a Irán en el cierre del partido. Foto de Pedro Ugarte / Agencia AFP

Messi festeja su gol a Irán en el cierre del partido. Foto de Pedro Ugarte / Agencia AFP

2- Después de Costa Rica, Irán es el conjunto que mejor profundiza en sus virtudes y capacidades. Fue un paredón rojizo intachable e imperturbable. Nekounam y Timotian se encargaron de ralentizar todo el juego de Gago, logrando separarlo de Messi y alejarlo de Mascherano. Sadegui Amirhossein revoleó casi cuatrocientos sesenta y seil mil pelotas por arriba –parte del plan de Queiroz – y llenó de confianza a un Haghighi supersónico y lleno de seguridad. Y es que la infertilidad constante en la zona medular de la Argentina obligaba a Masche y a Gago a buscar oxígeno por las bandas, y esa era la peor desgracia para la Argentina. Zabaleta y Rojo no tuvieron ni la intención de tirar un centro bien. El desdoblaje fue tan seguido como la incapacidad de crear peligro.

3- Sabella erró de nuevo. Ante la tempestad volvió a guardar silencio, y esto es peligroso para el mañana más que para el hoy. No entendía lo que ocurría en cancha, volteaba y buscaba una explicación ante la cuasi perfectas temporizaciones de Dejagah y Reza. Su planteo secó al equipo. Ubicó al Kun por la izquierda, y a Higuaín por el centro. No se entendieron ni una sola vez. El experimento exigido de Messi sigue sin producir efectos, y es que lo veo de esta manera: hoy Gago le robó los espacios que Leo necesitaba, e Higuain lo alejó del camino más fácil que tiene esta Argentina para romper un esquema retrasado: las permutas y paredes con el Kun.

El planteo de Sabella secó al equipo ante Irán. Foto de Juan Mabromata / Agencia AFP.

El planteo de Sabella secó al equipo ante Irán. Foto de Juan Mabromata / Agencia AFP.

4- Irán es la resurrección de Queiroz. Se trata de la atmósfera perfecta para jugar sus ideas y el Mundial indicado. Los iraníes se creyeron que, a partir de sus capacidades defensivas, podían hacerle daño a una desorientada Argentina, y de no ser por los rasgos invencibles que Romero mostró, la tragedia albiceleste hubiese tomado forma y color. El fútbol te da y te quita, y hoy le está devolviendo a Queiroz lo que él mismo se quitó en su terquedad esquemática cuando manejaba a Portugal o al Real Madrid. La humildad, esa cualidad que hace gigante hasta el jugador menos hábil, está estirando este sueño iraní. Llegará ante Bosnia con oportunidades de sorprender. Si Reza Gochannejad, reza un poquitito más antes de iniciar el próximo partido, y afina la puntería, Andranik, Nekounam y Dejagah podrían confirmar un Mundial histórico.

5- Di María sin Modric es como un verano nublado. Por más que Gago lo intente, jamás podrá ser como Luka. La responsabilidad que tiene el cuerpo técnico de la Argentina es situar a Gago en una posición donde no interfiera ante la libertad que Di María necesita. Su final astronómico de temporada en el Madrid fue culpa de la terquedad de Ancelotti de acrecentar su juego a partir de Luka. De Sabella será la culpa si no logra potenciar la mitad de cancha para ampliarle los caminos y fortalecer los repliegues de Angelito. Aún no está, pero quiere llegar. Di María es imprescindible para la mejora de esta abstracta selección.

 

6- Cuando todos te digan que no puedes, allí es donde deberás crecer. Eso lo entendió Romero y ha firmado dos espectaculares presentaciones que lo afirman como titular indiscutible. Es lo mejor que ha hecho Sabella en esta primera fase. Evolucionar a través de la confianza y fe, las cualidad de Romero bajo los tres palos. Está invicto –aunque recibió un gol que bastante culpa tuvo-, le sacó dos a Reza que evitaron la desgracia, seguro por arriba, y solvente por abajo. Trabajando en silencio, y con constancia.

…y -7 Quién exija a esta Argentina un festival de fútbol y de goles quedará muy defraudado. Sabella y Messi no tienen eso en mente. Es una cuestión de fe, de encontrar en cada partido las formas y los recursos para ganar y luego que la crítica haga su trabajo. Son más los aspectos negativos, que positivos los que resaltan en esta Argentina en la primera ronda, pero hay algo que me asegura que despertará y que sabrá ir creciendo junto al torneo. Ya está en octavos, y apenas es que empieza el Mundial para la Argentina, y esto también significa el acercamiento de los fantasmas del pasado. Nigeria será el último partido de preparación antes de la verdadera Batalla. O evolucionan o morirán. Messi está, y allí reposa la fe de Sabella y de todos.

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