A un toque
¿Probaste con Corega?
Ocurrió en la Liga francesa. En un violento choque, el sueco Petter Hanson, de Mónaco, perdió una de sus prótesis dentales. De entrada, Ndiaye Deme, de Arles-Avignon, ni quiso ver el vuelo del diente postizo desde la boca de su rival. Y cuando abrió los ojos, prefirió seguir el destino de la pelota. ¿Le habrá dado asco? Algo queda en claro después de esta jugada: el blondo aún no probó con al adhesivo dental. Mejor que lo use en el próximo partido.
Il fantasista
«Un chico joven que tenga calidad siempre aporta al juego y también al resto de los jugadores: espontaneidad, atrevimiento, imaginación y desparpajo». Johan Cruyff escribió esa máxima en su libro Me gusta el fútbol. Y sus palabras se adaptan a la realidad de Javier Pastore. Allá por mediados de 2009, aterrizaba en el Calcio con sólo 20 años en su cuerpo y 38 partidos en su currículum. Perfil bajo en la escena mediática y alto en el césped. Un carasucia que garantizaba los elementos redactados por Cruyff. Y ahora, con una temporada de rodaje, disfruta de algo más que su giostra del gol. Más allá de los tres gritos ante Catania, mantiene su autenticidad de joven. Se anima a reclamar la bola, fantasea en la zona de fuego y ve en milésimas lo que a otros les cuesta segundos. Así es Pastore. El chico de la tapa en Italia. Il fantasista.
A las patadas
Las tardes en los barrios bajos de Malmoe, antes de su aterrizaje en Ajax, lo encontraban lanzando patadas voladoras a cada rato. Fanático del taekwondo, Zlatan Ibrahimovic llegó a ser cinturón negro en su juventud. Aquellos movimientos elásticos y violentos los sufrieron semanas atrás Strasser y Onyewu, dos de sus compañeros en Milan. Y además, le permitieron dominar la pelota en el aire y anotar un gol famoso contra Italia, en la Eurocopa 2004. Por eso, la delegación italiana de taekwondo le entregó un cinturón negro honorífico. De paso, grabó un video que será proyectado la próxima semana en Florencia, donde se realizará el Mundial de este deporte.
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Ni la muerte los va a separar
Era su hora sagrada. Eterna. La foto fantaseada desde el aterrizaje en tierra sudafricana. Y generoso como en sus pases, Andrés Iniesta se levantó la camiseta española y dedicó el gol del título a su amigo del alma. «Dani Jarque, siempre con nosotros», se leía en su remera blanca. Se trataba del mejor homenaje al ex capitán de Espanyol, fallecido en 2009 por un ataque cardíaco. La casaca se vio aquí, allá, en todas partes. Y ahora, el Cerebro -símbolo del Barça- la entregó a los dirigentes de Espanyol. Fue en una breve ceremonia, donde no pudo frenar sus lágrimas. «Será difícil resistir la conmoción. Me duele mucho tener que desprenderme de esta casaca, aunque creo que es el mejor destino que puedo darle», resumió. Ni la muerte los va a separar.
Saca la mano, Carlos
Lo saben sus compañeros. También los rivales de turno. Carlos Tevez vive los partidos con intensidad. Mueve los hilos del City, aporta fantasía, corre a los rivales por toda la cancha…Y con algunos de ellos, tiene la mano larga. Así lo comprobó, y sufrió, Rio Ferdinand en el último derby de Manchester. Como un proctólogo free style, le hizo un tacto profundo. A lo Fabián Santa Cruz con Riquelme en 2002. Distintas fueron las reacciones. A JR no le gustó y lo bajó de una trompada. Ferdinand, en cambio, gritó de dolor. Lo demuestra su rostro. Y como Las Primas en los 80, le hizo una súplica: «Saca la mano, Carlos».
El baile de la gambeta
¿Qué es una gambeta? Según los diccionarios, «una habilidad individual que consiste en realizar movimientos y amagues con diferentes partes del cuerpo para eludir al contrario, evitando que éste le arrebate la esférica». Palabras formales. Demasiado serias en el mundo de la pelota. Para ellos, los futbolistas, es un disfrute. El placer similar a jugar en las calles de tierra de los suburbios. Y destrozar, ahí en el césped, los esquemas de poco espacio y bajo riesgo. La mejor estafa con los pies, en fin. Y cope para la gente.
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Joya, nunca taxi
Como ocurre cada año desde 2003, la marca alemana Audi entregó un auto 0km a los jugadores de Real Madrid. El evento se realizó en el estadio de Santiago Bernabéu. Y allí, Angel Di María, Gonzalo Higuaín, Fernando Gago y Diego Garay eligieron el modelo Q7, valorado en 61.850 euros. Puede afirmarse que estuvieron entre los nombres más austeros del plantel, ya que Cristiano Ronaldo se inclinó por el RS5, que cuesta 85.900 euros. Y Kaká, que aún no tuvo minutos de acción en la temporada, prefirió el RS6. El más caro de todos. ¿Su precio? 124.630 euros. Joya, nunca taxi.