Santiago Tuñez Author
Yo, el mejor del mundo
Desde hace tres años, Pep Guardiola luce orgulloso el cartel de mejor DT del mundo. El hombre guía a Barcelona por una línea de juego histórica y encadena títulos en cada temporada. Su currículum destaca, entre otros éxitos, dos Champions League y tres ligas españoles al hilo. Récord de bibliografía. Nada de esto, sin embargo, extingue la confianza y autoestima de José Mourinho. Así lo deja en claro en la última publicidad del Banco Comercial Portugués. Allí, tras enumerar sus triunfos, resalta que «siempre es el centro de todas las críticas, de los comentarios, de todas las miradas». Y en su remate, sentencia: «Soy el mejor entrenador del mundo y soy portugués».
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Palabras mayores (por Enzo Francescoli)
Una tarde, allá por diciembre de 1997, Enzo Francescoli le dijo adiós a la pelota. Contempló por última vez la tribuna con hinchas de River, gritó campeón y dejó la ropa de jugador en un vestuario. Lejos del césped, el Príncipe mantuvo sus ojos en la vida diaria del millonario. Y vio la caída del imperio a la B Nacional. Un derrumbe jamás imaginado en 110 años de historia. Un golpe directo al corazón, que lo hizo perforar su tono parsimonioso en el programa De Caño Vale Doble. Y al cabo, protagonizar la mejor frase futbolera de la semana.
Todos los riverplatense, y me incluyo, fuimos muy boludos. No nos dimos cuenta que un año y medio, dos años, ocho años decían que con (José María) Aguilar que nos íbamos al descenso y nos fuimos. Es fuerte. Todavía no me lo creo”.
Risas y más risas
Fue la jugada del fin de semana en la Premier. Su desenlace no devolvió un remate tatuado en un ángulo. Tampoco, un firulete mágico. Y menos aún, una maniobra de alta costura. La última escena, esta vez, mostró una falla insólita de un habitué de la red. Ocurrió cuando el Niño Torres eludió fácil al arquero de Manchester United y, en el toque final al arco, eligió el peor destino para la pelota. Nadie podía comprenderlo. De hecho, el relator ya prepaba para la garganta para el descuento de Chelsea, en la derrota 3 a 2 contra el United. Al cabo, calificó esta falla como el Fiasco del Año. Torres hundió su cabeza en el césped. Y los fanáticos locales, como muestra la foto, se burlaron un largo rato.
Amando a Krupoviesa (by Lúcio)
Apenas iban 16 minutos del cruce entre Inter y Roma. Nada más. Y de pronto, el rodaje del partido filmó un momento tenso. Angustiante. Ocurrió cuando el brasileño Lúcio llegó tarde a definir un mano a mano y le dio una patada a Stekelenburg en la sien. El golpe, brutal por cierto, dejó el arquero holandés con pérdida de conocimiento en el césped. Y ante la falta de reacción, se llegó a temer por su vida. Afortunadamente, el uno de la Roma evolucionó minutos más tarde y, por estas horas, permanece internado por precaución en un hospital. Los primeros estudios médicos descartaron un hematoma en el cerebro. ¿Y Lúcio? Sólo fue amonestado por la patada.
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Palabras mayores (por Diego Maradona)
Allá a lo lejos, Diego Maradona sigue en el centro de la escena. Y no por su producción como DT de Al Wasl en Emiratos Arabes. El Diez atrae las cámaras y los micrófonos por sus palabras chispeantes. De alto voltaje. En este caso, disparó contra Checho Batista y Tata Brown. Los acusó de recibir dinero de Carlos Mac Allister para convocar a sus jugadores al seleccionado argentino. «Tenemos que dar un paso en serio y, por eso, lo llevo a la Justicia. Me ensució gratuitamente», avisó Checho. Algo que preocupó muy poco a Maradona. Y en una respuesta con sonrisas, dejó la mejor frase futbolera de la semana.
Que Batista me haga juicio. En el medio me voy a tener que bancar esa cara, pero quiero tener un poquito más de jubilación cuando me retire de todo esto».
El Doctor Ronaldinho
Ahí está, otra vez, envuelto en la camiseta de Brasil. Y la sonrisa incrustada en su semblante. Ronaldinho es el personaje del póster promocional. Sin Riquelme ni Verón en el seleccionado argentino, capta el interés en Córdoba. Mira desde arriba a Neymar. Los flashes se deben a su no tan lejano reinado en el planeta de la pelota. Dinho puede lucir varios títulos, trofeos y medallas. Y una distinción única. Distinta. Este año, fue nombrado Doctor por la Academia Brasileña de Letras. Ocurrió durante los festejos por el 110° aniversario del nacimiento del novelista José Lins do Rego. Primero, el crack agradeció el premio. «Es un orgullo recibir esta medalla. Nunca lo imaginé». Y luego, lejos del atrevimiento del césped, dejó ver su timidez. «Me siento muy feliz. Pero doctor no, por favor».
La otra pasión
El champagne de la gloria tiene dueño en el US Open. Es Novak Djokovic, que le ganó a Rafael Nadal por cuatro sets en la final. Su primer título en el Abierto de EE.UU. estira su saga magnífica de la temporada, en la que también se quedó con Australia y Wimbledon. Y el césped legendario, precisamente, fue testigo de la otra pasión de Nole. ¿Cuál? El fútbol. El serbio, conocido hincha de Milan, movió la bola con sus ayudantes antes de un entrenamiento. A un toque con su pierna izquierda, se dio el gusto de jugar al loco. Y este fanatismo, incluso, lo llevó alguna vez a los micrófonos. Este año, vio la definición de la Champions y dejó su sentencia: «El Barça es el mejor equipo que vi en mi vida».
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