El vendedor de pases

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Por Santiago Tuñez

Hay semblantes fatigados en el vagón del tren San Martín. Las miradas retratan el desgaste de otro día de trabajo. El combate cotidiano por sumar el dinero necesario a la mesa familiar. Entre los cuerpos cansados, hay un pequeño que recorre los pasillos junto con sus hermanos. No lo hace como un entretenimiento. Él vende plantas. Es su manera de soltar algunas monedas en la casa de José C. Paz. Su changa diaria.

Nicolás Gaitán evitará recordar esa escena en público. Lo suyo no es la exposición mediática. Todo lo contrario. Lo suyo está ahí, en el tablero verde, donde nada le pesa y mantiene su oficio de vendedor. Ya no ofrece helechos, tampoco malvones. Hoy entrega pases. De su pie izquierdo salió la asistencia con la que Messi le convirtió a Venezuela y alcanzó a Gabriel Batistuta como máximo goleador de la Selección. El abrazo de la Pulga, autor de 54 goles, fue el crédito merecido para el volante nacido en San Martín.

Cabeza levantada, ojos bien abiertos y todo listo para un nuevo pase de Gaitán en la Copa América. Foto de Jonathan Daniel / Getty Images North America / Vía Zimbio.

Cabeza levantada, ojos bien abiertos y todo listo para un nuevo pase de Gaitán en la Copa América. Foto de Jonathan Daniel / Getty Images North America / Vía Zimbio.

O Mágico es el nickname que cosechó en Portugal, donde deslumbró cinco temporadas en Benfica, marcó 41 goles y se despidió con un surco de lágrimas en sus rostro. Después de la Copa América jugará en Atlético de Madrid, que ya hizo oficial su contratación, a cambio de 25 millones de euros. Cholo Simeone se encontrará con un volante más táctico y de menos traslado de pelota que en sus primeros tiempos de Boca. Ese cambio de traje le hizo un lugar a Gaitán en la Selección para este torneo. Y ni siquiera la vuelta de Messi contra Venezuela, desde el arranque, lo corrió de los titulares.

En Boston, Gaitán brilló contra Venezuela y disfrutó su mejor tarde en celeste y blanco. Desde una de las tribunas lo vio Alfio Basile, el DT que lo potenció en Boca. Coco le quitó la obligación de crear juego y lo ubicó como segunda punta, cerca de Riquelme -su ídolo de póster– y Martín Palermo. Su estallido de goles y talento interesó a Benfica. Y en mayo de 2010, sin haber sumado dos temporadas completas en Primera, el volante despegó al club portugués, que pagó más de 11 millones de dólares por su pase.

La acumulación de tarjetas amarillas no le permitirá estar en las semifinales contra Estados Unidos. Lo verá desde afuera, ansioso por un triunfo de la Selección y el pase a la final. El partido donde intentará vender más asistencias.

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