Santiago Tuñez Author
Todo (no) pasa
Lo mejor es que de una vez por todas se defina quién va a ser el técnico de la Selección». Después de la derrota contra Japón 1 a 0, Javier Mascherano hizo escuchar su reclamo en el vestuario. Teléfono para Julio Grondona, el capo máximo de la AFA.
Modelo publicitario
Los cinco goles en el Mundial 2010 y el pase a Barcelona significaron un salto en la vida mediática de David Villa. Ahora es el chico de la tapa de diarios y revistas. Y también, la cara de las principales marcas. Grandes empresas, como McDonalds, Danone y Hugo Boss, vincularon su imagen al Guaje. Lo mismo acaba de realizar Adidas, que lo eligió para promocionar la venta de camisetas oficiales de la NBA en España. En un montaje de video, el goleador español apareció junto a Dwith Howard, pivote de Orland Magic y figura en la liga estadounidense de básquet. Hubo felicitaciones por el título en Sudáfrica, intercambio de camisetas y algo más…
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El Hijo del Viento
¿Habrá visto alguna vez las corridas vertiginosas de Caniggia en River? ¿O sus slaloms entre las patadas salvajes de los defensores de Camerún? Lo cierto es que Mads Hansen, de Mjondalen de Noruega, desempolvó aquellas postales del Hijo del Viento. En el partido contra Bryne por la Segunda División, lanzó la pelota hacia adelante y uno de sus rivales lo agarró del pantalón para frenarlo. Nada pudo hacer. Vikesdal Petersen fue arrastrado unos diez metros hasta que terminó tendido en el césped. Y después, vio una de las amarillas más cómicas del fútbol. Hasta el propio Peterse bromeó con la escena: «Al verla repetida por televisión, la situación es graciosa. Parece increíblemente estúpida».
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Entre ese tipo y yo hay algo personal
La gente de San Lorenzo se acuerda de Orion por el gol que le hicieron en la Copa y porque inhibió al club». Ramón Díaz esperó su turno y le respondió al arquero de Estudiantes. Días atrás, lo había acusado de querer estar en River, y no en el Ciclón.
El lado futbolero de la luna
Acaso, este Premio Nobel de Literatura recibido a los 74 años sea la distinción más intensa de su vida. Pasará el tiempo y el recuerdo del galardón latirá en el cerebro de Mario Vargas Llosa. Tanto como aquella tarde de 1946 en que su tío lo llevó a ver a Universitario Deportes y firmó un pacto de amor eterno. Y también, el día en que Alberto Toto Terry, leyenda del fútbol peruano, le hizo conocer el césped del estadio Nacional. «Fue en un partido de chicos. Nos pusimos el uniforme de la U y jugamos contra Alianza, el gran clásico de Perú. Ya no recuerdo si llegué a patear alguna vez la pelota, pero sí la emoción de estar allí con la casaca de la U, en el estadio Nacional, ¡nada menos!», evocó el escritor en 2008 en una entrevista con el diario ABC.
Fanático de Pelé, Garrincha y Rivelino, Vargas Llosa protagonizó en Brasil otra escena futbolera inolvidable. Ocurrió durante su luna Continue Reading
Si 20 años después…
Si yo hubiera estado en la final contra Alemania, en el Mundial ’90, otra hubiese sido la historia». De visita en la Argentina, Claudio Caniggia lamentó su ausencia en aquella definición. Maldita sea la amarilla que vio en las semis ante Italia.
Jefazo de toda la cancha
El sueño era el mismo mientras apenas poblababa su estómago con tostado de fideo y té. O se arrodillaba en un cuero de ovejas para realizar los ejercicios del colegio. En aquellos días de Orinoca, Evo Morales fantaseaba con ser como su ídolo de póster. Nada de llegar a la presidencia de Boliva. Y menos aún, ofrecer un discurso en la ONU. A los 13 años, se ilusionaba con copiar a Carlos Aragonés, el delantero que brilló en los 70 en el altiplano. Ese deseo, de hecho, lo impulsó a probarse en Oruro. Y por poco, no llegó a jugar en Primera.
De sus tiempos de adolescente, los habitantes de Orinoca recuerdan a Morales con una pelota en la mano. El fútbol, precisamente, prendió su vocación de líder. Así lo destacó Martín Sivak, en el libro Continue Reading
Fuego contra fuego
Ya estoy podrido de Angel Cappa. No es correcto lo dijo, ni tampoco desprestigiar a un colega». Molesto por las críticas del entrenador de River, Julio Falcioni lo cruzó fuerte y, además, le recordó cuando descendió con el Taladro en los 80.